Ayer, fue uno de esos días, que se quedan marcados en la vida.
Yo, una persona que no me he considerado nunca, taurino, sino que casi todo lo contrario, resulta que me veo envuelto, de repente, sin previo aviso, en este mundo tan lejano y extraño para mi.
Y resulta que en el transcurso de una semana, me veo en medio del campo, rodeado de toros, preciosos, magestuosos, de una belleza salvaje inconmensurable y yo frente a ellos, tras de mi cámara, enamorándome de ese animal, tan exótico como nuevo para mí.
Y a lo que iba, ayer, fue un día de nervios, iba a una corrida de toros, por primera vez en mi vida, pero lo curiosos es que iba (para mi) de protagonista, no iba a lo alto de un tendido, con el sol de frente, no, iba al callejón, a un burladero, desde donde se oía respirar al toro, desde casi olías su rastro campero, y además no era sólo un burladero de un callejón, era un burladero del callejón de La Maestranza de Sevilla, ufff, cuantos grandes maestros de la cámara se apostaron tras esa barricada de madera roja, haciendo grande un oficio como el nuestro........
Pues cuando llegué y pisé un poquito tan solo del albero, para hacerme una foto de recuerdo, para que Manolo Montes (quién sin querer me ha traido de la mano a este mundo), se la mandara a mi hermano Manolo, resulta que me voy a la zona de prensa, y me encuentro allí a un señor mayor, con cara de buena persona, y de saber más de esto que los "duendes coloraos" y sólo me queda preguntarle como va aquello, y le cuento en dos frases mi vida taurina, bueno me ha sobrado una frase, y ahí es donde recibo el mayor de los regalos del día de ayer este hombre, su mirada, se enterneció hasta la ternura más honda, y me empezó a tratar como el padre que enseña a su hijo su oficio, me llegó al alma ese hombre, y lo recordaré hasta el último día de mi vida me llevó con paciencia paternal por toda la plaza, hasta el patio de cuadrillas, siempre pendiente de mi, aconsejándome donde ponerme, con quien y como, y no se separó de mi en toda la corrida, explicándome mil cosas, y cuando me le dije que era la primera vez que hacía una corrida, y además en la maestranza, su mirada voló años atrás, y con una sonrisa nostálgica, me dijo - ¿sabes cuantos años pasaron para que yo pudiera entrar en este callejón por primera vez??, más de cinco.-
Y la verdad, de corazón, no se como agradecerle a ese hombre todo lo que me enseñó en tan poco tiempo y como se portó conmigo.
Por eso sólo puedo decirle desde aquí, desde este efímero espacio virtual,
!!!!! GRACIAS, RAFAEL FERNANDEZ MORENO (RAFEMO) !!!!!!