Año tras año, siento como va germinado una semilla, sembrada en mi alma sin saberlo hace casi 30 años, cuando siendo un niño, iba todos los veranos a Ayamonte, a casa de mis tías, Lola y Angustias Redondo, y claro, como niño super extrovertido, no me faltaban amigos, de los que más me acuerdo eran Javi “pijate”; Jesús, que vivía en el piso grande del muelle (hoy tiene una zapatería, es con el único que tengo algún trato esporádico); Federico, el hijo de “la Gora”; el “Falo” y un sin fin de chavales de los que sus nombres se nublan tanto como sus recuerdos en mi memoria, y la cosa es que año tras año, sin ser declaradamente “carnavalero” voy todos los años al Gran Teatro y es que cada vez que veo y escucho a las murgas y comparsas mi ser vuela a mi infancia, es un viaje gratis a mi memoria, a esa pandilla estival que soñaba con febrero jugando a cantar en comparsas y de echo, un recuerdo que tengo a fuego es el de un personaje del que no recuerdo su nombre, no se si era “Carmelo” o “Camilo”, de esto hace muchísimo, lo que recuerdo era su cara peculiar, era como una caricatura, con la cabeza bastante grande, un ojo más grande que el otro, y con bigotillo, y como todos esos personajes “raros”, siempre estaba rodeado de todos los crios, y recuerdo que había en una perpendicular a la calle Huelva una sede de alguna agrupación y nos abría las puertas y todos estos amigos se pasaban la tarde entera cantando pasodobles y cuplés que yo nunca acababa de aprenderme, pero que dejaron por entonces una semilla.
Y es que por mi sangre corre sangre de peso en la historia del carnaval ayamontino, de hecho indagando descubrí en una página de Internet, un fragmento que habla de la historia del carnaval ayamontino, que es el pongo a continuación:
Ayamonte es una ciudad con raigambre carnavalesca desde siempre. Allá por los años donde se prohibían los desfiles callejeros, el pueblo se disfrazaba y salía a la calle para expresar su alegría antes de la cuaresma.Eran los tiempos de Ana Barroso, FELIX FEDONDO y Antonio Correa.Algunos de estos personajes siguen disfrazándose a pesar de ser octogenarios. En el inicio de los 70 aparecen los primeros conatos de desfiles callejeros, absolutamente espontáneos.
(
http://www.geocities.com/Paris/Louvre/1908/carnaval.htm)
Pues, bien, ese Félix Redondo, era mi gran Tio Félix, que reconozco influyó bastante en mis modos de expresión artística, mi madre me cuenta como en aquellos años mi tío Félix, junto algunos amigos se disfrazaban ellos de ellas y viceversa, llevándose a mi madre (Manoli Redondo) a cantar por las calles, y eso genéticamente está transmitido de algún modo.
Más tarde, en los años ochenta, siendo yo muy heavy, y en plena efervescencia musical, me propuso un amigo si quería cantar en un coro (Santa cena), y vi la posibilidad de tener un poco de más expansión musical y acepté, y fue el momento de “LOS HIJOS DE BUDA MADRE” y “EN LA ESQUIMALITA TE ESPERO”, y recuerdo que en este coro había muchos carnavaleros y siempre estaban, bueno, estábamos cantando cosas de ellos, que incluso recuerdo la letra de la presentación, como si fuese ayer, y hoy desde la distancia temporal me llama la atención una cosa, que a mi no me gustaba el carnaval en si, la gente hablaba del carnaval de Cádiz y a mi realmente no me gustaba, sin embargo me encantaba el de Huelva, (esto me sigue pasando, y entiendo que el que lea esto diga que estoy loco, pero en realidad me gusta el carnaval de Huelva, y entiéndase, Ayamonte, Isla Cristina, Punta, Valverde ….).
Y a todo esto, me fui a la mili, y allí, usando no recuerdo si era la presentación de los Hijos de Buda Madre, lo hice igual pero a lo militar y en eso nos entretuvimos unos días y en carnaval pues lo cantamos allí en la cantina (a capela, sin guitarra) y nos reímos todo lo que nos tuvimos que reír, y ahí se acabó todo, ya no volví a escuchar nada de carnaval, mis experiencias musicales siguieron su cauce normal, haciendo todo tipo de músicas, tocando con todo tipo de gente hasta hoy por hoy, que tengo la música un poco aparcada.
Y la cosa es que cada vez que voy al teatro a ver carnaval, salgo diciéndome, que el año que viene salgo en una murga, porque eso es otra, las comparsas me gustan, pero no me veo jamás cantando en una comparsa, cosa que en una murga seguro que si, y a saber, pero igual me animo y el año que viene me busco alguna murga, y a seguir ampliando mis experiencias musicales. Lo que pasa que es un mundo muy desconocido para mí, y lo cierto es que ya uno no es tan extrovertido como cuándo era niño, y si me animo espero que mi cuñado “EL BLANCO” de la peña “LOS PRIMOS”, me ayude y me recomiende una buena murga donde empezar, ya veremos si me animo y termina de brotar esa semilla implantada en mi alma musical en los tiempo de Maricastaña.