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lunes, 13 de mayo de 2013

HUELVA. LA BOMBA TÓXICA



CUANDO ME LLEGA ESTE TIPO DE INFORMACIÓN, NO PUEDO DEJAR DE PUBLICARLO EN ESTE ESPACIO.







HUELVA. LA BOMBA TÓXICA
OCULTAN SITUACIONES DE RIESGO ECOLÓGICO
“Están ocultando situaciones de riesgo”. José Manuél Cantó, el geólogo que anunció lo que iba a pasar en Aznalcóllar, avisa ahora del inminente peligro que se cierne sobre Huelva si no se soluciona el grave deterioro ambiental. 
Huelva ha sufrido en menos de una semana tres ataques medioambientales: un importante vertido de ácido a su ría, una nube tóxica que ha duplicado los niveles de alarma de contaminación en el aire de la ciudad y un incendio en el vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de la cercana Nerva. Todo eso no es excepcional: se trata de nuevos síntomas de un problema que lleva 35 años siendo crónico, desde que en los años sesenta se eligiera Huelva para ubicar, al lado de sus casas, un complejo químico básico de escaso valor añadido y mucho potencial contaminador. Algo que nadie querría ahora. Huelva está enferma, víctima de la podredumbre provocada por su sometimiento a la acción, al paracer incontrolable, de la contaminación química. 
Los 200.000 litros de ácido fosfórico que se escaparon de la factoria FMC Foret, a causa de la rotura del tanque que los contenía, llegaron al sistema de aguas de Huelva. Las autoridades ambientales “restaron importancia” al caso, dijeron que el vertido estaba controlado y sin consecuencias, pero luego rectificaron: el vertido llegó a la ría. ¿Medidas de seguridad? El tanque se rompió, aunque sin contravenir oficialmente las normas de seguridad. 
Dos días después, otro ácido –sulfhídrico- se escapó a la atmósfera desde la planta de Fertiberia, alcanzando 199 microgramas por metro cúbico de aire. Durante algunas horas el cielo de Huelva sufrió el doble del nivel de contaminación normal. El incendio en el vertedero de Nerva provocó una columna de humo de 300 metros de altura que sembró la alarma entre los vecinos, quienes no tuvieron la suficiente información sobre el problema y algunos de los cuales viven a medio kilómetro del vertedero. La Junta de Andalucía informó que se trataba de un fuego provocado. Un portavoz de Ecologistas en Acción hizo notar que, aun siendo así, se ponía en cuestión las medidas de seguridad del vertedero, al tiempo que resaltaba su peligro potencial. El asunto está en los tribunales a instancia de ecologistas y vecinos. Mientras tanto, se reactiva la movilización social contra el inseguro vertedero al persistir el anuncio de que parte de las 1.500 toneladas de cenizas radiactivas almacenadas en la factoría gaditana de Acerinox irán a parar a su suelo. La Junta dijo que eso nunca ocurriría, pero existe la posibilidad ya que un informe de la propia empresa las ha descatalogado como radiactivas. 
Los accidentes no vienen seguidos necesariamente de medidas que eviten casos similares en lo sucesivo, denuncian los especialistas 
El mayor desastre ecológico 
Con todo, se trata de episodios contaminantes a los que la población onubense está acostumbrada y que ni siquiera alarman en una zona que alberga la mayor “bómba tóxica” de España, cuyo entorno ha sido reconocido, incluso en medios oficiales, como uno de los mayores desastres ecológicos a escala mundial. ¿Qué suponen 1.500 toneladas de cenizas de baja radiactividad en un área en la que hay depositadas cien millones de toneladas de fosfoyesos radiactivos y otras cantidades millonarias de cenizas de alto riesgo tóxico? La producción de fosfórico por parte de las empresas Fertiberia y FMC Foret ha venido acumulando sus residuos en las marismas del río Tinto, en terrenos con barriadas habitadas a 500 metros. Son residuos peligrosos, a jucio de Francisco García Novo, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla, que los califica como “un legado estremecedor que conlleva una destrucción rigurosa de la marisma”. (…) 
Mapa de los vertidos 





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