Translate

miércoles, 16 de julio de 2008

20 AÑOS DESPUÉS DE LA MILI

Ayer hizo 20 años, que me licencié de la MILI, jaja, joder, que palabra tan jodida para tantos y tan desconocida para las nuevas generaciones, y ahora desde la distancia, la veo todavía mucho más cruel de lo que me resultó en su momento, porque me pregunto ¿dónde están mis 19 años?, ¿por esto no condenan al estado?, me secuestraron un año, me robaron el final de mi adolescencia, con el pretexto de HACERME UN HOMBRE, jaja, pero si mi espíritu es el de un niño, todavía siento que voy a “triunfar” en la música, jajajajajaja, y aunque suene a topicazo, lo único positivo, es la gente que conoces allí, que están en la misma situación que uno, y esa unión es verdaderamente fuerte, tanto, que 20 años después, aún seguimos felicitándonos por navidades esas cosas, sobre todo con el “madriles” Clemente de Pablo, también me acuerdo mucho de otros de mis “mili-amigos”, Blas Montes Marchall, de Jaén –nene, ni polla-, jaja, el manchego García Calvo, chispas como yo, de mis paisanos, lo que pasa es que a estos los veo muy a menudo, me acuerdo de mis compañeros de camareta, que tantos pedos me soportaron JAJAJAJA, me acuerdo muchísimo del viento de Tarifa, en lo alto de Punta Paloma, en las noches de guardia, en Paloma Alta, y también me acuerdo mucho de un gran amigo, Pedro Doctor Mayoralas, no era de mi reemplazo pero congeniamos muy bien, yo era heavy, y él, siniestro, fanático de THE CURE, dos auténticos bichos raros en un cuartel donde la mediocridad (entiéndase mediocridad como lo “normal”) imperaba, era manchego, y de él, si que perdí la pista, y me encantaría saber algo de cómo le ha ido la vida y todo eso.


Lo cierto es que la mili marcó un antes y un después en mi vida, rondaban los 80, cuando no existían los móviles, y la verdad es que cuando vine la primera vez, fui a donde siempre y allí no apareció nadie, y me volví a casa, las siguientes veces que vine, ocurrió algo parecido, me enteré que uno se había ennoviado, que otros andaban casi, casi, en fin cuando me licencié, las cosas habían cambiado como nadie se puede imaginar, y fue cuando conocí a mis amigos Guille Orozco, Alfonso Pérez “Tintín” y tantos otros, y es donde empezó la segunda parte de mi vida, la de después de la mili.

Cuando pueda, pondré fotos, de aquel período, lo mismo recordado con odio, que con nostalgia. Si alguien de aquellos que pasaron durante el año 87/88 por Paloma alta, ve esto, que no dude en insertar un comentario, me alegrará saber algo de alguien de aquella época.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Empezamos a hacernos viejos???...chungo lo llevamos si empezamos a rememorar batallitas. De aquí a unos años no reuniremos en las plazas de nuestra ciudad(que cada vez son menos) con baston y txapela...(jejejeje) vente pal pueblo!!!!


UN ABRAZO

Andrés